Soledades eternas

autor:  Martabadia
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Noches eternas, mal sabor de boca
soledades amargas, la resaca del mañana
espejo sin reflejo
sin rostro conocido.
No hay donde mirar.

Casi siempre la noche es demasiado ambigua
como para lograr que el placer sea unánime
unánime en el grito, en el gozo, en la duda
La luz del desayuno deslumbra mi tostada
el tomate amarga mi penar.
y los pájaros, todos, se asoman a leer el periódico conmigo
y pían en mi oído las noticias del día
una a una, sus picos las van desgranando:
Dalí era un niño de teta

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