Sangre en las piedras, sangre en el río...

Lo poco que me enseñó mi padre antes de morir
o lo que su muerte me dejó
es que los hombres somos animales
que nos sentimos heridos
rápidamente lejos del amor...
cómo puedes saber
dónde comienza un recuerdo, una mujer,
y el puño de tu mano izquierda
preparado para golpear en nombre de Dios
quien te recibirá del otro lado
si te arrepientes en el último momento
por no haber entregado todo lo que debiste,
juras a todos que no sabes
cómo fue que perdiste la vida,
que ya no tienes nada que perder
y que ya no te importa
si sufren o no las guirnaldas en la noche
después de que su mano las colocara en su lugar
para verlas resplandecer,
son las palabras más bellas
que podrás decir en tu vida,
es simplemente el final,
pero sabes que antes de ver tus ojos
por última vez en el espejo
debes gritar
y tomar camino a donde sea
tú y tus armas
abajo el corazón con el color
de la sangre del mar;
no podremos escapar esta vez.
Melancolía, mentiras, excesos
que desgarran tus pulmones
y desarman tu voz en el contacto con el aire
tranquilo del mundo,
adentro estás tú amigo, viejo, el padre que no fuiste,
y seguirás entregando tu muerte,
desangrado allá por la ausencia de...
es un secreto del espíritu
que se revela contra la savia derramada sobre el pecho,
la última sombra que construye el rostro de un hombre
en el corazón de una mujer.