El viaje
La insinuación de una curva la llevó rodando hasta ella,
tomó velocidad a medida que intuía ese espacio cóncavo;
el de línea de sus caderas,
de pronto viró sobre sus pasos
se giró y adentró en la planicie de una esfera,
en el centro,
allí alivió la sed,
salada, se meció en el cuenco del ombligo.
El viaje de la lengua
tomó velocidad a medida que intuía ese espacio cóncavo;
el de línea de sus caderas,
de pronto viró sobre sus pasos
se giró y adentró en la planicie de una esfera,
en el centro,
allí alivió la sed,
salada, se meció en el cuenco del ombligo.
El viaje de la lengua
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