Camino al matadero

El final es ciego,
no podrás dejar salir
lo último que querías confesarme;
si es que así lo habías querido...
Ahí tirada en la cama
siento que tu cuerpo sudoroso y desnutrido
me llama para ser protegido,
y escucho tu voz,
toda tu voz, la de los pájaros antes
de tus palabras dulces y profundas en el amanecer
en el que nuestro hogar es quebrantado
por las filas silenciando la ternura de tus lágrimas...
los perros afuera confundidos
siguen ladrando, y parece que pasara
todo el tiempo de la historia
que nos contaron un día,
en este instante entre la niebla
y la voz del padre revelado
llena de rabia y esperanza
en la radio mal sintonizada
desvaneciéndose segundo a segundo,
en todo lo que alcanzaste a celebrar,
en todas tus mentiras y tu inocencia
mientras te observaba en una esquina
cada atardecer rojizo y húmedo
entre las guirnaldas de luz,
como también ahora
entre las mismas secretas guirnaldas
elevadas contra el polvo negro del viento,
camino al matadero...