No estás obligada a vestirte

0.0/5 | 0


Lo sabía de antes de llegar hasta acá;
no habrá manera de que podamos recordarnos
el silencio es y ha sido parte de nuestras vidas,
con él aprendimos a boxear, y a pensar
en cómo los hijos de la tierra vendrían a brindarnos su fuego.
Te he dado lo que me has dejado entregarte,
lo que me has pedido una y otra vez,
como un perro jugando a ser amante
hasta darse cuenta de que todos esta noche
tienen algo que dejar atrás,
No es casualidad, que en la televisión
hayan dicho la palabra muerte veinte veces,
que sobre las montañas caigan luces de colores,
todos los jitenetes, y cada uno de ellos
pidiendo monedas, pidiendo nuevos desiertos
y nuevas ciudades donde esconderse.
Aunque de todas maneras, habrán de dejarte sola
otros cuatrocientos años para que por fin entiendas
lo que es estar sin un hombre, tú,
que no teniendo nada que decir,
has hecho hablar a todos, hasta la verdad.



 
COMMENTS